domingo, 2 de septiembre de 2012


El Liderazgo De Nelson Mandela

Nelson Rolihlahla Mandela (18 de julio de 1918) fue el primer presidente de Sudáfrica en ser elegido por medios democráticos bajo sufragio universal. Antes de ser elegido presidente fue un importante activista contra el APARTHEID que estuvo en prisión durante 27 años. Pese a que el régimen del apartheid y las naciones aliadas a éste lo consideraron junto al Congreso Nacional Africano como un terrorista, su lucha fue parte íntegra de la campaña contra el apartheid.

Una persona que comenzó su mandato al frente de la república de Sudáfrica con la imposible misión de cerrar heridas y acercar dos posturas irreconciliables: las ganas de venganza por parte de la comunidad negra por la opresión sufrida tras los casi 40 años que estuvo vigente la ley del Apartheid y el miedo de los Afrikáners (la comunidad blanca) a recibir el mismo trato.
A pesar de pasar 27 años en la cárcel comprendió que era el momento de olvidar todo, pasar página y mirar al frente con ilusión.

Destruyó el apartheid y creó una Sudáfrica democrática y no racista por saber exactamente cuándo y cómo hacer la transición entre su papel como guerrero, mártir, diplomático y estadista.
A través de la historia Mandela nos enseña que si bien hay muchas formas de liderazgo, la más relevante es aquella que consigue seguidores capaces de hacer más de lo que creían posible. Para ello, el líder debe ser capaz de animar a las personas a creer en sí mismos para lograr el cambio más allá del horizonte tangible
Esto es lo que algunos teóricos definen como liderazgo transformacional. Es decir, transformar a la sociedad desde su esencia.
Por eso Mandela no buscó castigar a los que a él lo castigaron, sino más bien buscó la integración, y a través de ella la reconciliación social. El rugby se convierte en el instrumento con el que puede comenzar a unir a un pueblo fuertemente dividido: unirlo en la esperanza de ganar la copa mundial o, “cómo nos inspiramos para la grandeza”.

El equipo de rugby de Sudáfrica era visto como un símbolo del Apartheid y la opresión. Por lo que el país esperaba que Nelson, a su llegada al poder, cambiara el nombre y los colores del equipo. Sin embargo, no lo hizo. Sabía que era algo muy importante para la comunidad blanca.
Mandela comprendió que el deporte podía ser un gran vínculo de unión con el que curar las profundas heridas tras tantos años de injusticia. Tuvo clara esa visión y la mantuvo hasta conseguir transmitirla a todo el pueblo.

Esta forma de liderazgo requiere la transformación real. El líder no sólo debe creer en la visión sino que debe comunicar esa visión en términos tangibles para que los demás vean esas posibilidades y estén dispuestos a actuar sobre ellas para el beneficio de todos.

A toda esta figura de líder se ha realizado una película (Invictus de Clint Eastwood) y un libro titulado “El Factor Humano” de John Carlin  en honor a la vida de Madiba (Es el nombre que dan a Mandela los miembros de su clan).
Todos los que podamos conocer la historia de Mandela identificaremos en su figura las características propias de un líder, además de valiosas lecciones de liderazgo que vale la pena analizar:

Un líder no puede tener miedo a la hora de tomar decisiones

Nº1: El coraje no es la ausencia de miedo – es inspirar a otros para sobreponerse a él. (Pasó miedo pero disimuló no tenerlo, para que los otros no lo tuvieran).

En 1994, durante la campaña presidencial de las elecciones, Mandela se subió a un pequeño avión de hélice para volar hasta los campos de muerte de Natal y dar un discurso a sus partidarios. Cuando el avión estaba a 20 minutos del aterrizaje, uno de sus motores falló. Algunos en el avión comenzaron a entrar en pánico. La única cosa que los calmó fue mirar a Mandela leer el periódico tranquilamente, como si se tratara de un viajero en el tren de la mañana a la oficina.
Más tarde al aterrizar el avión supo decir “Por supuesto que tenía miedo”. Habría sido irracional, sugirió, a no tenerlo. “No puedo fingir que soy valiente y poder vencer a todo el mundo.” Sino como un líder, no se puede saber a la gente. “Usted debe presentar un frente”.
Y eso es precisamente lo que él aprendió a hacer: fingir y, a través del acto de parecer valiente, inspirar a otros. Sabía que era un modelo para los demás, por lo que esto le dio la fuerza para triunfar sobre su propio miedo.

Otro ejemplo fue cuando le advirtieron que, al apoyar a los Springboks, estaba arriesgando su futuro político como líder, respondió:

"El día que tenga miedo a hacer esto será el día en que dejaré de estar preparado para liderar"



Un líder inspira a través del ejemplo
Nº2: Lidera desde la línea delantera – pero no deja tu base atrás. (Cuando, siendo prisionero, negoció con el gobierno, tuvo que persuadir a sus seguidores para mantener su confianza)

Al hablar sobre liderazgo, Mandela coincide con François Pienaar, capitán de los Springboks, en que solo a través del ejemplo puedes transmitir la credibilidad y el carisma propios de un líder.
“A la hora de inspirar, una imagen vale más que mil palabras.”

Cuando le advirtieron que nadie tenía esperanzas en el equipo de rugby, ya que según los expertos no alcanzarían los cuartos de final, respondió: "de acuerdo a los expertos tú y yo todavía deberíamos estar en la cárcel."

Un líder emplea el ejemplo de otros para conseguir que su gente a alcance cuotas mayores a las que jamás imaginaron
Nº3: Las apariencias tienen importancia – y acuérdate de sonreír. (Su arma fue su sonrisa, más que su palabra).
Nelson coincide en que si no das ejemplo nunca tendrás credibilidad y, por tanto, no conseguirás influir en tu equipo. Sin embargo, para conseguir que la gente supere sus expectativas y consiga alcanzar cuotas mayores a las que podrían imaginar, a veces el ejemplo propio no es suficiente y conviene recurrir al ejemplo de otros.
“Una poesía o una buena historia puede ser más inspiradora que el mejor de los discurso”


Un líder se encarga de enfocar a todos en la misma dirección
Nº4: Mantén a tus amigos cerca – y a tus rivales todavía más. (Invitó a comer a su casa a sus contrarios).

El peligro de dirigir un equipo grande es que la gente piense que solo el líder puede cambiar las cosas. Sin embargo es necesario hacer ver que es imposible alcanzar grandes objetivos si hay uno solo que no da el máximo.
Por eso Nelson, al principio de su mandato, se dirigió a su pueblo con las siguientes palabras:

“No es momento para pequeñas venganzas. Es el momento de construir nuestra nación y lo haremos con cada ladrillo del que dispongamos, incluso si ese ladrillo viene envuelto en oro y verde.”

“El país ha cambiado y nosotros tenemos que cambiar también. Es tiempo de olvidar el pasado, podemos ser un gran ejemplo para el mundo.”

Un líder nunca se esconde y busca solucionar los conflictos en lugar de evitarlos.
Nº5: Lidera desde atrás – y deja creer a otros que están en primera línea. (Usó la imagen del pastor que va detrás de las ovejas).


El primer día que habló a su equipo, se dio cuenta que la sensación que tenían es que, al haber trabajado con el régimen anterior, el nuevo gobierno prescindiría de sus servicios. Por lo que atacó el problema directamente con las siguientes palabras:

Si queréis iros, estáis en vuestro derecho. Y si vuestro corazón siente que no podéis trabajar con vuestro nuevo gobierno, entonces es mejor que os vayáis de inmediato. Pero si están haciendo las maletas, porque temen que su idioma o el color de su piel o que el gobierno para el que ustedes trabajaron antes les descalifica para trabajar aquí, les pido que no tengan ese temor.

Un líder tiene que aparecer cuando la gente necesita ese liderazgo. Mandela sostiene que es mejor liderar desde atrás y poner a otros al frente, especialmente cuando celebras una victoria y cuando las cosas van bien. En cambio, debes tomar la primera línea cuando hay peligro. Es entonces cuando la gente apreciará tu liderazgo.

Un líder es humilde y reconoce sus errores
Nº6: Renunciar también es liderar. (Reconocer y corregir sus fallos es un signo de madurez)

Errar es humano y, por lo tanto, comprensible. Por lo que, reconocer los errores te ayudará a mantener la credibilidad delante de tu equipo.
A Mandela le acusaron en una entrevista de, como era común entre la población de raza negra, apoyar a cualquier equipo que jugase contra los Springbox (símbolo del Apartheid). A esta acusación Mandela respondió:
"Si, pero, obviamente, esto ya no es cierto. Estoy detrás de los chicos al 100%. Después de todo, si no puedo cambiar cuando las circunstancias lo necesitan, como puedo esperar que otros lo hagan."

Un líder nunca se conforma con lo que ya se ha conseguido
Nº7: Nada es negro o blanco. (Su mensaje: la vida no es así o asá)

La grandeza como líder de Mandela se plasmaba en su continúo inconformismo y exigencia. Como cuando le preguntaron si estaba satisfecho porque los Springboks hubieran alcanzado la final, lo que superaba todas las expectativas iniciales:
"Eso no es suficiente, no ahora que estamos tan cerca. Este país está hambriento de grandeza."


Su máxima es que todo parece imposible hasta que se hace.

Un líder conoce y nunca subestima a sus enemigos y rivales
Nº8: Conoce a tu enemigo – y aprende sobre su deporte favorito. (Estudió la lengua “africana” de los boers, para poder hablar con ellos sobre sus deportes favoritos).

Tener enemigos es muy peligroso. Por eso tienes que encontrar la forma de poner a todo el mundo de tu parte.
“Si quieres firmar la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con él. Entonces pasará a convertirse en tu compañero”.

Durante los 27 años que estuvo en la cárcel se dedicó a estudiar a los guardias y hasta aprendió su idioma. Lo que le valió para detectar que es lo que motiva o irrita a los afrikáners (la comunidad blanca).

Las ocho características de liderazgo de Nelson Mandela vistas anteriormente podemos resumirlas en:
·        Es una persona que se centra en un propósito
  • ·         Posee alto concepto de sí mismo
  • ·         Optimismo
  • ·         Serenidad
  • ·         Auto-eficacia
  • ·         Asunción de riesgos
  • ·         Adaptabilidad
  • ·         Resiliencia (resistencia a la adversidad)

Es así como Mandela, con su ejemplo recibió la admiración de su pueblo y consiguió inspirar a muchos, como a François Pienaar: quien no podía comprender como una persona que pasó 30 años encerrado en una diminuta celda salió dispuesto a perdonar a aquellos que le metieron allí.
Nelson Mandela dejó la política en 1999, pero sigue activo colaborando con la Fundación que lleva su nombre y que se ocupa actualmente en primer lugar con la Memoria y el Diálogo aprovechándose de las lecciones de la vida de Mandela para aplicarlas a temas sociales críticos. En ocasión de su cumpleaños, el 18 de Julio, lanzó este mensaje al mundo: “Hay tanta gente rica en Sudáfrica que puede compartir su riqueza con los que no son tan afortunados, que no han sido capaces de vencer la pobreza. La pobreza ha apretado a nuestra gente. Si eres pobre, no es probable que tengas una larga vida”.

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